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Foto del escritorFlorencia Frontini

¿Y si el FIN DEL AÑO fuera solo el comienzo?

A medida que se acercan los últimos meses del año, es común que muchos de nosotros veamos esta etapa como una especie de final, el cierre de otro ciclo. Pero, ¿y si dejamos de ver estos meses como el final y los pensamos como el comienzo de algo nuevo?


En lugar de sentirnos presionados por cumplir metas en tiempo récord o de tachar pendientes, ¿qué pasaría si nos enfocamos en iniciar esos cambios que realmente queremos y que, al hacerlo, sembramos el terreno para sostenerlos?


Cambiá el enfoque: fin de año como punto de partida

El cambio de perspectiva es poderoso. Cuando pensamos en estos últimos tres meses como un comienzo en lugar de un final, todo adquiere un matiz diferente.

En lugar de rendir cuentas o apurarse a cumplir expectativas, estos meses pueden ser una oportunidad para reflexionar y tomar decisiones conscientes, construyendo los cimientos de los cambios que deseamos ver a futuro.


Considerá esta etapa como un tiempo de preparación. Así como en la naturaleza el otoño es una época para plantar y el invierno un momento de resguardo, el fin de año puede convertirse en una etapa de siembra, de nutrir esas ideas y objetivos que queremos sostener a lo largo del próximo año.


 

Sembrar cambios que se sostienen en el tiempo

Quizá hay hábitos, proyectos o metas que venís posponiendo. Esta es una gran oportunidad para empezar a trabajarlos sin la presión del resultado inmediato.


Recordá que los cambios duraderos rara vez suceden de un día para otro; son el resultado de pequeños pasos sostenidos.

Entonces, ¿qué mejor que usar estos meses para empezar a integrar esos cambios, de a poco y con intencionalidad?


Cómo comenzar a sembrar cambios:


  • Visualizá el futuro que querés construir: Imaginá cómo querés que luzca el próximo año. ¿Qué querés sentir? ¿Qué hábitos querés que formen parte de tu vida? Empezá a visualizarlo y diseñá tus primeros pasos para llegar allí.

  • Establecé pequeños cambios: Elegí solo uno o dos hábitos que te gustaría empezar ahora, algo manejable que no se convierta en una carga extra. Estos primeros pasos pueden ser la base de algo mucho más grande y significativo.

  • Revisá y ajustá cada semana: Reservá unos minutos cada semana para reflexionar sobre cómo te sentís y ajustar lo que necesites. Pensá que este es un proceso de autodescubrimiento que requiere paciencia y flexibilidad.


Nada se termina, todo empieza en vos


Aprovechar estos últimos meses como una nueva etapa puede ser la clave para construir la vida que deseás, desde un lugar de calma y claridad.


Porque, en realidad, nada se termina. Todo empieza en vos y en la decisión de aprovechar este tiempo para sembrar esos cambios que tanto deseás.

El fin de año puede ser el momento perfecto para poner en marcha los primeros pasos y, con ellos, comenzar un nuevo ciclo de crecimiento.

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