En el Día Internacional del Yoga, invité a Yanina Kesman para que nos comparta en este espacio un poco de su vivencia en el camino del yoga.
Nani es de esas instructoras de yoga que desde su lugar de entrega, generosidad y amor absoluto con el que comparte cada práctica, te inspiran día a día a continuar profundizando en el maravilloso mundo del yoga.
Sus clases son un una caricia para el alma. Se genera algo intransferible que solo desde la vivencia podemos transitar y sentir.
Me siento muy honrada y agradecida de que pueda en primera persona compartirnos cómo ha sido su "despertar" y conexión con el yoga.
"Yoga es Luz, consciencia, cambio": Yanina Kesman
Confieso que antes de conocer nada sobre el yoga, ya me sentía atraída, había algo hermosamente espiritual y poderoso en aquellas fotografías de cuerpos contorsionándose.
Durante muchísimos años encontré mi escape a través del movimiento corporal, la gimnasia era mi terapia. Sin embargo hubo un momento en el que en vez de escapar tuve que encarar, los pensamientos me estaban abrumando, tenía que tomar consciencia, y CAMBIAR.
El yoga llegó a mi vida en un momento en el que estaba sumergida en un pozo y necesitaba una soga que me mostrara que ahí arriba había luz. Para mí YOGA es LUZ.
Es conectar con mi respiración, con mi cuerpo, sentirme viva, pero por sobre todas las cosas es vivir desde el amor.
Tengo muy presentes a todos los profesores que me enseñaron y me siguen enseñando sobre esta filosofía de vida. Y hoy también yo como profe me siento cada vez más cerca de todas las personas que llegan a mis clases.
Me encanta ver cómo llegan hablando alto, y de repente silencio, cuando descubren lo hermoso que es subirse a la alfombra mágica y fluir con su respiración, crear espacios.
Agradezco todos los días las bendiciones que me trae este hermoso camino y poder compartirlo con más gente.
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